~Entre Páginas~

viernes, 10 de junio de 2011

Entre Páginas

                                                  Capítulo 1                                             

Es curioso ver tu vida entre páginas, todo lo ves desde otro punto de vista: cuando tenías un problema y te parecía que era demasiado para ti, ahora lo miras y no le das tal importancia, cuando pensabas que eras la niña más desafortunada del mundo… Tal vez lo fueras, pero no de ese modo que tu pensabas.

Mi vida ha sido una montaña rusa, mi infancia no fue la mejor, aunque gracias a ésta he crecido mucho más fuerte, luchadora y con carácter.
Mi existencia empezó como la de cualquier otro ser humano, en casa con padres y un par de hermanos.
Nací, en el momento menos inesperado, la familia se estaba rompiendo en trocitos de cristal. Como una pequeña brecha se tratara. Mi nacimiento fue en casa, con las personas más íntimas.
La verdad, es que no recuerdo si estuvieron los abuelos por parte de alguno de los dos.
Cuando ya pude abrir los ojos y observar ese mundo tan extraño: colores, formas, caras,  esas muecas en los labios, podían ser de felicidad o tristeza. Por entonces aún no distinguía si era una cosa u otra. Recuerdo que mi hermano mayor siempre estaba encima de mí: me cogía en brazos, me cuidaba, me hacía mimos…

Mis padres trabajaban en la construcción, pasaban muchas horas al sol. Y se les notaba cansados.
Mi segunda hermana mayor, no recuerdo en ningún momento en que ella se acercara a mí, ni que mandara ningún tipo de señal cariñoso como hacía él: ella no pasaba ni un minuto conmigo, no la veía nunca, era algo extraño. Al poco tiempo de que yo fuera a gatas, se escapó (o huyó) de casa, para irse a casa de los abuelos de mi madre,  no lo sé con certeza.
Mis padres se dieron un susto de muerte. Me dejaron con  mi hermano mayor, y ellos se fueron en busca de mi hermana.
Al regreso no volvieron con ella, me imagino que la dejaron a cargo de los abuelos maternos. Desde su huida no la volví a ver más, no tuve ningún tipo de noticias ni nada parecido. Que curioso todo esto, una hermana que no quiera saber nada de su familia ni de sus hermanos.
Yo iba creciendo al lado de mi familia la más cercana e íntima: tíos, tías, padres y el hermano. Por aquel entonces, no necesitaba nada más. Me sentía feliz, con lo que tenía.
Recuerdo que mi madre me compraba, en los momentos más especiales, unas flores de esas pequeñinas y que se cogían con hilo en forma de trenza. Me encantaba su olor, era algo único. Son esos pequeños detalles, que te hacen ver lo que realmente te satisface. Aunque no sea mucho, pero lo suficiente como para poder estar a gusto y sentirte feliz. No me importaba como, ni dónde vivíamos; yo les quería igual.
Hubo una vez que mi madre me vistió algo diferente: una falda larga y esas camisetas extrañas que se ponen, me hice un par de trenzas y me puso esas florecitas que tanto me gustaban.

Ella iba con un sarhi (ropa típica de mujeres de la India) muy llamativa. Mi padre y mi hermano, más o menos, iban igual: bien vestidos. Hasta mis tíos iban bien arreglados. ¡Nos fuimos a hacer una foto de familia! Era una foto que ella siempre la llevaba encima pero la perdió, bueno no quiero adelantarme con los hechos.
Al cabo de un tiempo mi hermano mayor, se fue a casa de mi abuelo (por parte de mi madre), estuvo un par de meses con él. Estuvo cuidando de él, pero mi abuelo no se dejaba. Por más que intentara, él no se dejaba. Él quería continuar con su vida, como había hecho años anteriores y no tenía intención de cambiar por nada.

Recuerdo que mi madre también tuvo que irse una temporada, el motivo no me acuerdo.
Cierta tarde, aquel día yo me encontraba mal y estaba dentro de la pequeña choza. Oía como mi padre hablaba con mis tíos y otros vecinos. Me dio la vena de salir de allí dentro, y me quedé fuera; mirándolos. Me tronchaba con ellos, no entendía mucha cosa pero me divertía. No sé de donde apareció aquél bicho, pero empezó a acercarse a mí rastreándose por el suelo. Empecé a chillar y a llorar, cuando mi padre me oyó,  le dijo a mi tía que me cogiera y me apartara de allí y  él cogió un cuchillo y lo cortó por el cuello. Y luego lo tiró al río que teníamos allí, nunca más me acerqué a ese río mitad (en realidad no sé sí lo cogió por detrás y lo tiró al agua o lo cortó). Pero eso sí me dio un susto de muerte, te lo aseguro.



[Continuará...]

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